miércoles, 23 de marzo de 2011

COLECTIVO LOS HIJOS, BIEN ES (LOS) MATERIALES.

Las ciudades capitales eran a veces trasladadas en la antigua China, en parte por motivos de ubicación, en parte al producirse los cambios de dinastía. El estilo de edificación se modificaba en el curso de los siglos, pero la forma del pozo sigue siendo la misma desde tiempos antiquísimos hasta nuestros días. (...) Toda superficialidad en el ordenamiento de la vida, que deje insatisfechas las más hondas necesidades vitales, es tan imperfecta que no difiere de un estado en el cual ni siquiera se hubiese hecho algún intento de ordenamiento.  I.Ching El Libro de las Mutaciones, Hexágrama 48 El Pozo de Agua.





Los Materiales ( España, 2009 ) podría ser un documental sobre un pantano, el de Riaño, que empezó a construirse en 1965, pero que no cerró sus compuertas hasta 1987, en un ambiente de desalojos violentos y protestas de los habitantes de los ocho pueblos que con su culminación quedaron anegados. También podría serlo, sobre la no-vida que viven los forzados habitantes del Nuevo Riaño, construído a orillas del pantano para acoger a los expropiados de los terrenos donde se encuentra la presa, y despojados mediante una construcción megalómana sin excesivo sentido, de las verdaderas raíces de lo humano. Pero a pesar de que ese es el punto de partida que mueve a Los Hijos a desplazarse hasta esa localidad fantasma, sin duda su película, termina (o empieza) por ser otra.
El camino de la experimentación, es el hogar de estos tres cineastas (Javi, Natalia y Luis) a los que Santos Zunzunegui definió tras su exitoso paso por Punto de Vista 2010, como Jóvenes Salvajes. En mi opinión, sin duda lo son. Son jóvenes y son salvajes. Por ser extraños en la extraña tierra de los parámetros establecidos del cine, y por saber cómo incendiar los materiales que tienen a su alcance para iluminar los áridos paisajes de la cinematografía de su tiempo, armados de una cámara de vídeo y de su invencible talento. Pero también son superhéroes, no sólo porque se autogestionan (graban, editan, sonorizan, y promocionan sin ningún tipo de ayuda externa cada uno de sus proyetos) sino por tener el poder-don de ver y mostrar lo invisible. (véase El Sol en el Sol del Membrillo, Ya viene, aguanta, riégame, y Circo además de la obra que nos ocupa )
Así, en la película que podreis ver este domingo en Freedonia, los Hijos no hacen otra cosa que guiarnos por un genial y sorprendente viaje-viraje hacia todos los humanos recovecos. Tanto en el fondo como en la forma, Los Materiales utiliza lo que no debe verse y (nos) descubre, entre otras muchas cosas, que lo superficial, es en realidad lo que a menudo se da por bueno, mientras lo mágico está en las grietas, en los puntos de fuga, en los defectos, en la locura. En todo el resto.
Pienso, que con este largometraje, Los Hijos han sabido salirse de cualquier parámetro para mirar al mundo con ojos de niño pero con sabiduría de viejo, y conseguir que la excusa que rodea a un embalse, sirva para hablarnos de nuestra tradición, de nuestra destrucción, del absurdo, de la desidia, de la vida, de la no vida, de la muerte, de los fantasmas, del cine, hasta llegar a darnos miedo.

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