jueves, 3 de febrero de 2011

Seguimos reflexionando sobre el hombre y el mundo modernos.

Y agradecemos la generosa contribución de el sociólogo, filósofo e investigador de la Universidad Complutense de Madrid,  Eduardo Maura Zorita. cuyas principales  líneas  de investigación son Teoría del conocimiento, Teoría social, con especial atención al entorno filosófico de la  Escuela de Frankfurt (Walter Benjamin, Th. W.Adorno y  Franz Neumann, entre otros) y a problemas  relacionados con  la crítica de las modernas sociedades capitalistas. Y de Elías León Siminiani, autor de premiados cortometrajes de ficción, cuya serie Conceptos clave del mundo moderno analiza, con aparente frialdad expositiva, elementos fundamentales de la sociedad en que vivimos, como la oficina, la burocracia o los medios de transporte. Y quién, basándose en la repetición, el contraste entre voz e imagen y un perspicaz sentido del humor, pone en entredicho (como Maura) la lógica de ese mundo moderno del título. Este domingo nuestra sesión de Emergentes y Sumergidos, estará dedicada a él, y además de reflexionar sobre el mundo moderno de su mano( de su voz y de sus ojos), descubriremos sus otros microdocumentales que abarcan desde una suerte de diario íntimo entre el cineasta y el ser amado ( díptico Zoom y límites 1a persona), a el improbable teaser de su esperadísimo primer largometraje Mapa.
Como siempre, a las siete y media, en Freedonia. ( C/ Lleialtat, 6)
(Edu Maura, no podrá venir, pero os dejamos con sus geniales pensamientos de regalo)

Texto:   Seis proposiciones sobre el hombre moderno, Eduardo Maura Zorita.
Vídeos de Elías León Siminiani.

                              Algunas proposiciones sobre el hombre Moderno.

  1. El hombre antiguo pudo en algún momento, en función de su relación con la totalidad social, escoger entre “vivir para trabajar” o “trabajar para vivir”. El hombre moderno sencillamente trabaja.
  1. El hombre moderno, de acuerdo con la naturaleza de su trabajo, ha abandonado el cálculo instrumental de medios y fines tal como lo conocíamos. Para él, lo general (su propio beneficio, privado de toda determinación, abstraído) se ha convertido en lo particular (lo que más concretamente desea). Siempre han existido los medios-fines y los fines-medios. El penúltimo escorzo del capitalismo consiste en modular los fines de tal manera que ninguno pueda constituirse en proyecto, en modo de vida, en fijación de formas materiales de relación social. Esta confusión afecta decisivamente a su trabajo: lo rebaja a medio para un medio, medio a su vez para otro medio, y así sucesivamente hasta altas horas de la noche.
  1. El hombre moderno, por mor de su obstinada noción de “tiempo disponible”, no quiere irse a casa. Quiere tomar una más. Quiere divertirse a su costa. Quiere ver la totalidad social como ve la noche tras una larga semana de trabajo: desde el punto de vista de su permanencia. Así ve la noche después del trabajo, pero también, por supuesto, el derecho de huelga, la renta básica, la cuestión nacional o la vida política. La dispersión le es impuesta desde arriba como modelo exitoso de socialización. La espontaneidad de su comportamiento nocturno se ha vuelto obligatoria.






  1. El hombre moderno ignora que la herramienta no conlleva la actividad. Sobre este principio de ignorancia funda la división social del tiempo que pierde a diario. Un buen ejemplo es la universidad como prolongación (socialmente impuesta) del bachillerato. Otro es la competición por ver quién sale más tarde del trabajo.
  1. La consumación de este fenómeno viene por el lado de la nueva infraestructura de las sociedades capitalistas: la socialización del individualismo posesivo toma cuerpo en la red social. Los ejecutivos de día pueden ser drags de noche, el chico humillado en la escuela convertirse en patrón de patrones. Eso dicen sus partidarios. Y tienen razón. Pero cabe pensar que, más que expresarse democráticamente cuando cae la noche, se convierten en ejecutivos de otro sector igualmente competitivo.
  1. Queda tan poco sujeto en este hombre que apenas se puede predicar nada de él. Por algo la existencia de un sujeto sin predicados es un tema específico del hombre moderno (no sólo Musil, también Luis Cernuda, Paul Celan, los libros de viajes, los boletines informativos de BBC, la cultura independiente, etc.)
  1. Lo mismo se podría decir de la red social: ¿cuánta subjetividad puede soportar un perfil de Facebook? Si la infraestructura tecnoeconómica (internet, la red, siempre en singular, a la manera del viejo universal concreto hegeliano) comportara el germen de la democracia participativa, Facebook sería de hecho la mundialización de algunos postulados de la tradición republicana. Pero no cabe pensar hoy un Facebook republicano. Sí uno neoliberal.





2 comentarios:

  1. Chapeau!

    Sorprende lo vigente que están los postulados de la Escula de Frankfurt. Maravillosa declinación de los mismos, sr.Maura.

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  2. Qué rebonico Elias! "El cine es amor" decía. Y las fans de la primera fila suspiraban (Bego y Patri sobre todo) aunque también alguna otra persona del público le invito a regresar a Barcelona e incluso hubieron ofrecimientos de teléfonos...... Muchas imágenes bellas, cotidianas, mucha información, disertación de transporte público compartida a través de un corto de cuatro minutos, muchos estímulos, humildad e inteligencia se intentaban esconder tras una visera que poco ocultaba tras habernos mostrado un pedazo de su vida. "El cine es amor" y él nos lo dio.

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